La vida son como las arrugas algunas veces están normal, a la altura de la piel otras veces estas por debajo de ella lo que se suele llamar depresión.
Secretaria: Ha venido una paciente con mala cara, cree que debería atenderla.
Clara: Claro, que entre en mi despacho y la atenderé urgentemente.
En el despacho...
Clara: Hola
Laura: Hola, he venido porque...
Clara: No hace falta que digas nada, lo sé.
Laura empieza a llorar.
Clara: Tranquila, saldrás de esto ya has dado el paso más importante, que es de una persona muy valiente, no todos puedes contar tu situación . ¿Le quieres denunciar?
Laura: Sí.
Clara: Más o menos me supongo tu situación pero podrías contármela...
Laura: Sí, mi novio me maltrata desde que salíamos, pero yo no podía salir de eso, pasaban los días, tenía menos fuerza y se lo contaba todo a mi amiga Rosa, pero ella decía que todo era culpa mía, que era una enferma, que yo tenía la culpa de todo...
Laura empezó a llorar.
Clara: No hace falta que me cuentes más, pero si quiero hablar con tu novio y tu amiga Rosa por separado y que te quede clara una cosa, tú no tienes la culpa de nada.
Laura: Muchas gracias, me ha servido de gran apoyo.
Clara: Para eso estoy ¿no?
Laura: Claro.
Laura lanzó una carcajada.
Laura: Es la primera vez en diez años que río y me siento la persona más feliz del mundo, creo que he pasado la etapa de una arruga bastante profunda.
Como lo que comente antes de que las arrugas tenían mucho que ver con la vida, en esta historia se refleja .
Secretaria: Ha venido una paciente con mala cara, cree que debería atenderla.
Clara: Claro, que entre en mi despacho y la atenderé urgentemente.
En el despacho...
Clara: Hola
Laura: Hola, he venido porque...
Clara: No hace falta que digas nada, lo sé.
Laura empieza a llorar.
Clara: Tranquila, saldrás de esto ya has dado el paso más importante, que es de una persona muy valiente, no todos puedes contar tu situación . ¿Le quieres denunciar?
Laura: Sí.
Clara: Más o menos me supongo tu situación pero podrías contármela...
Laura: Sí, mi novio me maltrata desde que salíamos, pero yo no podía salir de eso, pasaban los días, tenía menos fuerza y se lo contaba todo a mi amiga Rosa, pero ella decía que todo era culpa mía, que era una enferma, que yo tenía la culpa de todo...
Laura empezó a llorar.
Clara: No hace falta que me cuentes más, pero si quiero hablar con tu novio y tu amiga Rosa por separado y que te quede clara una cosa, tú no tienes la culpa de nada.
Laura: Muchas gracias, me ha servido de gran apoyo.
Clara: Para eso estoy ¿no?
Laura: Claro.
Laura lanzó una carcajada.
Laura: Es la primera vez en diez años que río y me siento la persona más feliz del mundo, creo que he pasado la etapa de una arruga bastante profunda.
Como lo que comente antes de que las arrugas tenían mucho que ver con la vida, en esta historia se refleja .
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