lunes, 13 de octubre de 2008

¡He ido a la playa!


Llegaba la hora de las vacaciones pero los padres de Michael no podían pagar siquiera la comida para sobrevivir,no llegaban a fin de mes.
Él no era un niño tonto ,se dio cuenta de lo que pasaba, estaba triste pensando en que sitio diría que habría ido.
De repente la madre de áquel entró en el cuarto:
-Nos tenemos que ir de casa-dijo la madre.
-¡Nos vamos de vacaciones!-dijo Michael
-No,nos vamos a la calle porque papá se a convertido en periodista y para ganar un premio tiene que vivir en la calle.-dijo la madre
-Bueno, podemos hacer muñecos como si estamos ahí.-dijo Michael
-No podemos,venga coge tus cosas y vámonos.-dijo la madre
-Yo no le digo a mis amigos que he pasado las vacaciones en la calle-susurro Michael
Cuando se instalaron ,pasó por delante del niño una libélula bastante fea.
Eso le inspiró, diría que habría estado en la playa.
Pasaron unos cuantos días y padre no comía, unas horas después se lo llevaron al hospital.
Estaba lleno de válvulas y no hablaba. Este no sabía que pasaba tenía una gran duda, entonces cuando se lo fue a comentar a madre se echó para atrás porque la veía muy débil .Él comprendió que algo malo estaba pasando porque sentía un agujero por dentro de él ,en el alma.
Se sentó en la silla al lado de la ventana para ver si pasaba alguna estrella fugaz, pero no pasó ninguna ,decidió pedir su deseo a la luna ,que siempre estaba allí mientras la estrellas fugaces cuesta verlas.
A la mañana siguiente no despertó.
Le cayeron dos brillantes de sus relucientes ojos.

No hay comentarios: